Novelas
Antes del primer día

Antes
del primer día es una novela de ciencia ficción
con un fuerte toque especulativo, aunque alejada de lo que se entiende
habitualmente por hard. Más entroncada con la especulación de la nueva ola
de ciencia ficción, un poco al estilo de Daniel Keyes en Flores para Algernon, Clifford D. Simak
en Ciudad, Robert Silverberg
en Muero por dentro o
Phillip K. Dick en Sueñan los
androides con ovejas eléctricas.
En la web de Espiral CF, podéis consultar un poco más de
información al respecto y leer sus primeras páginas. Asimismo, podéis
encargarla directamente ahí, o buscarla en vuestra librería especializada
favorita.
Os dejo con la sinopsis:
Ángel
se dispone a ser el primer hombre en orbitar Júpiter. No es una misión suicida,
pero implica pasar más de quince años fuera de la Tierra , en la soledad
absoluta del espacio. Lo envían al satélite Europa, para que examine lo que las
sondas artificiales ya han comprobado hasta la saciedad: la existencia o
inexistencia de vida bajo sus hielos sempiternos. En realidad todo es una
maniobra de propaganda para su empresa; pero a él no le importa. Él anhela la
soledad del espacio y la aventura de la conquista. No hay nada que lo ate
a la Tierra ,
o al menos, así lo cree él.
La biblia del chisme

Si queréis acudir directamente a su
lectura, podéis pinchar en el siguiente enlace.
Si os interesa saber un poco más acerca
de su naturaleza y su concepción, os agradezco que sigáis leyendo.
Como algunos de vosotros ya sabéis, el Sitio
de Ciencia-Ficción, en su afán por recuperar un género, muchas veces olvidado,
como es el del Serial de CF al estilo de los viejos pulp, lleva publicados
catorce seriales en los dieciocho años que lleva online. Autores como José María Boto Bravo, José Carlos Canalda,
Eduardo Gallego y Guillem Sánchez, Francisco José Súñer Iglesias, Jacinto Muñoz
Vivas y Alfredo Álamo entre otros se han encargado de mantener vivo este proyecto. Ahora me toca a mí la difícil tarea de mantenerme a su altura.
Cuando le presenté este proyecto de
Serial a Francisco José Súñer Iglesias, el administrador del Sitio de
Ciencia-Ficción, yo estaba obcecado en crear una trama complejísima. Una
especie de épica de perdedores enfrentados al abismo y la desesperación...
Vamos, que la cosa apestaba a gafapastismo cultureta a kilómetros a la
distancia. Luego, tanto él como yo nos olvidamos del tema. Mil proyectos más
ocuparon mi mente, y cuando al cabo de más de medio año de haberle pasado el
borrador con la idea, Súñer Iglesias me dijo que lo había leído y creía que
tenía posibilidades, pero no como yo lo había planteado, sino como parodia,
volví a leer mi borrador y me di cuenta de que tenía toda la razón del mundo.
Aquel proyecto podía ser una novela
seria, profunda y aburrida, o podía ser una trepidante historia llena de
aventuras, personajes multicolor y diversión. Obviamente me incliné por lo
segundo. Hay cosas que se pueden explicar mucho mejor desde el humor y la
ironía, que desde el adusto gesto serio. Stanislaw Lem, que es uno de mis
autores favoritos, nos lo ha enseñado con creces en sus Diarios de las estrellas, en Ciberiada
o, a otro nivel en las Historias del
piloto Pirx o en los libros de prólogos a libros imaginarios. El humor da
pie a una distancia que, por paradójico que parezca, puede llegar a dar a un
tema, una enjundia que la seriedad no permite.
Nada nuevo bajo el sol, pues. Nada que el
buen Cervantes no supiera mientras creaba a su hidalgo inmortal. A veces uno
mira tan de cerca los árboles, las innumerables agujas de pino que conforman el
humus en este caso, que pierde de vista el bosque. Necesité más de medio año de
olvido, y el recuerdo por parte de Súñer Iglesias, para darme cuenta de que
había otro modo mejor de afrontar una historia como ésta.
Desde principios de junio hasta finales
de noviembre, tendréis una entrega semanal de La Biblia del Chisme.
Posteriormente, todas las entregas se recogerán en un libro electrónico que
podrá ser adquirido en la Biblioteca del Sitio de Ciencia-Ficción.